Nuevas estructuras de familia, el debate en la jornada de la diversidad

19.10.2013 07:58
Para Teresa Bunge, de la Coalición Argentina por un Estado Laico, los grupos familiares se generan por los vínculos

Dando continuidad a la primera Jornada de la Diversidad que se desarrolla en la Universidad Nacional, se debatió sobre las nuevas estructuras familiares y la necesidad de contención desde los vínculos. Hoy continúa el encuentro con la 2ª Marcha de la Diversidad por las calles céntricas. 

Te­re­sa Bun­ge, pre­si­den­ta de Ateos Mar del Pla­ta, una de las or­ga­ni­za­cio­nes que per­te­ne­ce a la Coa­li­ción Ar­gen­ti­na por un Es­ta­do Lai­co (Cael), realizó un análisis de los distintos tipos de estructuras familiares.

- ¿Se ha ro­to con la es­truc­tu­ra tra­di­cio­nal de fa­mi­lia ti­po?
- Sí, pe­ro men­tal­men­te si­gue vi­gen­te. Lo más co­mún es la fa­mi­lia en­sam­bla­da, es de­cir, la com­pues­ta por una pa­re­ja que ya ha es­ta­do ca­sa­da an­te­rior­men­te con otras per­so­nas y se unen ca­da uno con sus hi­jos. En és­tos ca­sos, los pro­ble­mas lle­gan cuan­do se apli­can los mo­de­los de fa­mi­lia con­ven­cio­nal. La de­fi­ni­ción de fa­mi­lia es po­lí­ti­ca, plan­tea­da por los gru­pos de po­der. No­so­tros de­be­mos vi­si­bi­li­zar que hay mu­chos ti­pos de fa­mi­lia y que en rea­li­dad se de­fi­ne por el vín­cu­lo y no la es­truc­tu­ra. En to­das las es­truc­tu­ras hay bue­nos y ma­los vín­cu­los. 

- ¿Qué da­ños se pue­den ge­ne­rar con la apli­ca­ción de es­te es­te­reo­ti­po a otra es­truc­tu­ra fa­mi­liar? 
- Mu­chos, pe­ro un ejem­plo ele­men­tal de fa­mi­lia en­sam­bla­da es cuan­do el hom­bre quie­re po­ner­le lí­mi­tes a los hi­jos de su pa­re­ja, que­rien­do cum­plir el rol de pa­dre. So­bre to­do si el otro pa­dre es un de­sas­tre, con bue­na in­ten­ción se quie­re com­pen­sar, pe­ro la au­to­ri­dad lle­va mu­cho tiem­po pa­ra de­sa­rro­llar­se y lo que se pue­de ge­ne­rar es el re­cha­zo de los ni­ños. En tan­to, su­ce­de que la mu­jer bus­ca el ca­ri­ño de los hi­jos de la pa­re­ja ha­cien­do mu­cho es­fuer­zo con su cui­da­do, y al no con­se­guir res­pues­ta em­pie­za con re­pro­ches a su pa­re­ja. 

- Una de las li­mi­ta­cio­nes que se im­pu­so al avan­ce de le­yes co­mo la del Ma­tri­mo­nio Igua­li­ta­rio tu­vie­ron que ver con la idea con­ven­cio­nal de la fa­mi­lia. 
- Cla­ro, por eso es im­por­tan­te que de­jar en cla­ro que lo que pue­de su­ce­der con el ni­ño tie­ne que ver con el vín­cu­lo y no con la es­truc­tu­ra. Ya en los ‘90 se en­ten­día que pa­ra que un ni­ño crez­ca sa­no só­lo ha­ce fal­ta que cuen­te con un adul­to que lo quie­ra, sin ne­ce­sa­ria­men­te ser su pro­ge­ni­tor. És­to es una ob­vie­dad, mu­chas per­so­nas vi­ven jun­tas sin ser fa­mi­lia. 

- ¿Qué con­ten­ción de­be dar una fa­mi­lia a una per­so­na de la co­mu­ni­dad LGBT?
- Se de­be acep­tar y com­ba­tir la idea de que es una elec­ción. No obs­tan­te, creo que es un te­ma que se tie­ne más acep­ta­do, la so­cie­dad es­tá más abier­ta a es­te pen­sa­mien­to. Lo que sí, creo que se de­be te­ner más cui­dad con el co­le­gio al que se man­da a los chi­cos, en es­pe­cial cuan­do los pa­dres son ho­mo­se­xua­les, por­que los es­ta­ble­ci­mien­tos edu­ca­ti­vos se mues­tran re­cep­ti­vos, pe­ro los otros pa­dres im­po­nen sus li­mi­ta­cio­nes y, por ejem­plo, no de­jan a sus hi­jos ir a ju­gar a la ca­sa del ni­ño.